La decoración interior del
edificio estuvo a cargo de la diseñadora china Khuan Chew. Las instrucciones
que el Jeque de Dubái le dio a Chew para el diseño de las suites y el atrio
eran impactar e innovar. Khuan y su equipo utilizaron grandes cantidades de mármol
de Macael, terciopelo y hojillas de oro para adornarlo. Seis meses antes de la
inauguración, el Jeque visitó el hotel para dar su opinión. La majestuosidad de
las suites cumplió sus expectativas de demostrar lujo y grandeza, pero al ver
el atrio pintado completamente de blanco, lo reprobó. La decoradora tuvo que
rediseñar la apariencia del vestíbulo, añadiendo brillantes colores en el
techo, fuentes de aguas danzantes, un espectáculo de luces multicolores y
acuarios gigantes.
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